Luego de cumplir un tercio de su condena, doce años, impuesta por el Poder Judicial en un juicio poco transparente, Giuliana Llamoja Hilares recuperó la semilibertad tras permanecer recluida cuatro años en el penal Santa Mónica tras asesinar a su madre de 65 cuchilladas el 5 de marzo del 2005. El 28 Juzgado Penal de Lima, presidido por Sonia Salvador Ludeña, dictaminó la excarcelación de la reclusa en audiencia reservada de más de siete horas ante la sorpresa e indignación de Carme Rosa Hilares Martínez, hermana de la occisa. Para tomar su fallo, la magistrada consideró el informe del Ministerio Público, así como los reportes sicológicos y de asistencia social del Instituto Nacional Penitenciario (INPE).
El proceso en la Tercera Sala Penal duró dos años, encontrando a Llamoja culpable de parricidio, por lo que en un inicio fue condenada a 20 años de cárcel efectiva , julio 2006 . La defensa, a cargo de Luis Llamoja, presentó un pedido de reconsideración y disminución de la pena basados en el arrepentimiento, buena conducta y trabajos carcelarios de Llamoja Hilares por lo que en marzo de este año fue rebajado el castigo a doce años impuesto por la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de Lima. Luis Llamoja, padre y abogado de la acusada, solicitó al juzgado que su cliente deje el penal para reinsertarse en la sociedad bajo el cumplimiento de determinadas reglas de conducta que deberá cumplir mientras termine su juicio.
Qué favores, arreglos y secretos entre sombras se tejen en este caso, que para muchos es la clara muestra de que el dinero y las influencias son parte importante y determinante en la toma de decisiones. Comprometen no solo vidas sesgadas y familias destruidas por la irracionalidad humana sino que contradice el fin con el que se crearon las leyes y penas basadas en los reglamentos del Estado.
Son diversas las opiniones acerca de la joven universitaria, poeta y artista, muchos la entienden pues consideran que una chica inteligente y bella no puede estar en contacto con criminales que llegaron al penal estando en todos sus cabales. Otros, por el contrario, seducen una falsedad en la confesión de arrepentimiento de Llamoja y culpan al padre por provocar, gracias a las preferencia desmedida hacia su hija, un complejo de Edipo que tuvo como desenlace la muerte de su madre, María del Carmen Hilares, en uno de los crímenes más aberrantes de nuestro país.
Las posiciones encontradas no hacen más que resumir la controversia que genera este caso, que -como otros- no tuvo la misma objetividad ni publicidad en los medios que influyeron, para bien o mal, sobre la opinión pública. Ante la pasividad de los jueces por hacer cumplir con lo que determina la Ley, la familia de la victima considera injusta la liberación de Llamoja. “Es una burla que una vida valga solo cuatro años. El poder que ejerce su padre entre sus amigos de la Corte ha sido relevante para que está asesina quede libre” agregó Carmen Salvador. El juicio llevado en circunstancias normales habrían, de acuerdo al Código Penal, conservado la anterior condena de 20 años impuesta en el 2006. En su defensa, Giuliana explica que lo ocurrido fue contra su voluntad y lo único que hizo fue defenderse ante la arremetida de su madre. “Soy víctima de las circunstancias, me arrepiento de lo que pasó, yo quería mucho a mi madre. Ella me cuida desde arriba”, declaró antes de dejar el penal de mujeres en horas de la noche.
Llamoja buscará refugio en su presente, esquivando su pasado que la retendrá en la misma historia que ella creó al despedir una vida que como ella solo pretendía llamar la atención del padre. Ella no podrá llevar sola la carga de haberse convertido en asesina, necesita ayuda sicológica donde pueda identificar lo sucedido y retomar su vida en una sociedad a la que tendrá que adaptarse o excluirse de acuerdo a la manera que enfrente los fantasmas de su vida.
Es sabido que los delitos de homicidio calificado deben cumplirse a cabalidad, sin beneficios carcelarios sin excepción de raza, religión y condición social en el país. Sólo así podremos discutir lo punible y controvertida de la Ley que deban aplicarse a los que infrinjan los derechos de terceros. El caso está en la palestra, estemos atentos al desenlace.
È complicato la vita se Lei vuole essere a lato mio, ma lui/lei le vite in un modo comune e senza qualsiasi cosa nuovo.
martes, 26 de mayo de 2009
sábado, 16 de mayo de 2009
El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo.
Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto? Subraya Alberto Cortez, en su libro Crónicas del Aire.
Los modelos de periodismo, incluido la crónica, al que estábamos acostumbrados a leer y reproducir para otras personas empiezan una camaleónica manera de supervivencia, con cambios entre cierres y posturas más ligadas al contexto del “yo lo viví”.
Y lo que cuento es real. Buscamos reafirmar la posición del poder opinativo y adquisitivo entre los lectores, contradiciendo lo que nosotros empleamos a diario, la tecnología como medio inmediato para repetir informaciones. Entre la literatura y el periodismo existe una clara similitud que solo es admirada y descifrada por el lector. El consumidor de noticias -prensa escrita- no diferencia entre lo que escribes y lo que entre tus ególatras manías tratas de explicar. Pues considera aún, que lo que lee lo hace más culto, experimentado y diferente a las masas, esas masas que combinadas con tecnología aparentan ser la respuesta de información rápida, concisa y defectiva que logre integrarte a ser parte de la historia.
El día que intentes descifrar lo que escribes pensando encontrar respuesta en el olvido al que estamos conduciendo a la literatura mal llamada “Periodismo” demostraremos que no todo está perdido pero sí olvidado en ti.
Los modelos de periodismo, incluido la crónica, al que estábamos acostumbrados a leer y reproducir para otras personas empiezan una camaleónica manera de supervivencia, con cambios entre cierres y posturas más ligadas al contexto del “yo lo viví”.
Y lo que cuento es real. Buscamos reafirmar la posición del poder opinativo y adquisitivo entre los lectores, contradiciendo lo que nosotros empleamos a diario, la tecnología como medio inmediato para repetir informaciones. Entre la literatura y el periodismo existe una clara similitud que solo es admirada y descifrada por el lector. El consumidor de noticias -prensa escrita- no diferencia entre lo que escribes y lo que entre tus ególatras manías tratas de explicar. Pues considera aún, que lo que lee lo hace más culto, experimentado y diferente a las masas, esas masas que combinadas con tecnología aparentan ser la respuesta de información rápida, concisa y defectiva que logre integrarte a ser parte de la historia.
El día que intentes descifrar lo que escribes pensando encontrar respuesta en el olvido al que estamos conduciendo a la literatura mal llamada “Periodismo” demostraremos que no todo está perdido pero sí olvidado en ti.
lunes, 11 de mayo de 2009
"Dios me perdonará, es su oficio".
“Dios perdona el pecado, más no el escándalo” frase antagónica con la que escondemos nuestras hipocresías, en una sociedad mojigata donde creernos y sentirnos íntegros es un don a resaltar entre tanta falsedad.
Los votos eclesiásticos como la -castidad, obediencia y el diezmo-al que están obligados a jurar y practicar los feligreses que pretendan llevar para entregar una vida al servicio de dios son prohibiciones que la Iglesia Católica exige entre sus claustros.
El reciente y sonado escándalo ocasionado por el Padre Alberto Cutié, quien fuera sorprendido y puesto al descubierto por las 25 fotos que publicó la revista TV notas USA, donde se le observa en escenas impropias-con Ruhama Canelliss, de 35 años -para una persona dedicada al servicio de dios, origina el debate de qué tan humanos e imperfectos podemos ser ante las tentaciones terrenales.
“Yo no tengo miedo ni me arrepiento de amar a una mujer, porque sabía que dios estaba observándome. Traté con todo mi corazón de ser fiel a lo que Dios me pedía, pero fallé”, reconoció Cutié al ser reprobado por su congregación por los hechos comprometedores que develan un secreto a voces, de que la Iglesia hiede en complicidad y mutismo mientras sus autoridades condenan lo que ellos profesan, el amor al prójimo.
Cutié, de 40 años, admitió que fue muy difícil para él vivir con la batalla interna de tener una relación con una mujer y a la misma vez violar su compromiso con la Iglesia Católica y los feligreses
Diferentes opiniones y posiciones se conocen sobre este tema, el Celibato, donde la razón y la fe convergen y se adhieren de acuerdo al grado de cercanía y nivel de tolerancia de cada persona. Los radicales manifiestan que dios fue dogma por lo tanto sus clérigos y profetas deben ser tan puros como la vida que entrego por nosotros; de otro lado están los que desmienten el significado de “entrega” hacia dios y su palabra, pues aseguran que el habito se lleva por dentro y ser amado y amar es una muestra de que dios vive en nosotros, sea cual fuera la ocupación o devoción personal.
El máximo representante de la Iglesia Católica en nuestro país, el Cardenal Juan Luis Cipriani aclaró que “la castidad es un don, un regalo y no una represión o un comentario sarcástico como dicen algunos, ni mucho menos una burla y debemos que preguntarnos ¿Cómo recibes los regalos de Dios? ¿Cómo los cuidas?”, refiriéndose al caso del Padre Cutié. Respecto al escándalo en el que Alberto Cutié ha comprometido a la Iglesia por lo que ya fue separado de su cargo y funciones, el Arzobispo de Lima afirmó: “en el terreno personal todo el perdón, pero en el terreno público en que se ha colocado esta situación es imposible. Hay que aclarar que hay pecados y pecadores, pero lo que no se puede hacer es un show mediático, debemos enseñar a nuestros fieles que es lo que Dios quiere”.
El tema es historia conocida, los personajes son los mismos desde que se creo la Iglesia como institución para ejerce poder y control sobre la voluntad y libre accionar de sus adeptos. La ortodoxia mal llevada, por los parámetros que impone el Cristianismo, ocasiona desde hace siglos un incrédulo acercamiento y confesión hacia dios.
Los votos eclesiásticos como la -castidad, obediencia y el diezmo-al que están obligados a jurar y practicar los feligreses que pretendan llevar para entregar una vida al servicio de dios son prohibiciones que la Iglesia Católica exige entre sus claustros.
El reciente y sonado escándalo ocasionado por el Padre Alberto Cutié, quien fuera sorprendido y puesto al descubierto por las 25 fotos que publicó la revista TV notas USA, donde se le observa en escenas impropias-con Ruhama Canelliss, de 35 años -para una persona dedicada al servicio de dios, origina el debate de qué tan humanos e imperfectos podemos ser ante las tentaciones terrenales.
“Yo no tengo miedo ni me arrepiento de amar a una mujer, porque sabía que dios estaba observándome. Traté con todo mi corazón de ser fiel a lo que Dios me pedía, pero fallé”, reconoció Cutié al ser reprobado por su congregación por los hechos comprometedores que develan un secreto a voces, de que la Iglesia hiede en complicidad y mutismo mientras sus autoridades condenan lo que ellos profesan, el amor al prójimo.
Cutié, de 40 años, admitió que fue muy difícil para él vivir con la batalla interna de tener una relación con una mujer y a la misma vez violar su compromiso con la Iglesia Católica y los feligreses
Diferentes opiniones y posiciones se conocen sobre este tema, el Celibato, donde la razón y la fe convergen y se adhieren de acuerdo al grado de cercanía y nivel de tolerancia de cada persona. Los radicales manifiestan que dios fue dogma por lo tanto sus clérigos y profetas deben ser tan puros como la vida que entrego por nosotros; de otro lado están los que desmienten el significado de “entrega” hacia dios y su palabra, pues aseguran que el habito se lleva por dentro y ser amado y amar es una muestra de que dios vive en nosotros, sea cual fuera la ocupación o devoción personal.
El máximo representante de la Iglesia Católica en nuestro país, el Cardenal Juan Luis Cipriani aclaró que “la castidad es un don, un regalo y no una represión o un comentario sarcástico como dicen algunos, ni mucho menos una burla y debemos que preguntarnos ¿Cómo recibes los regalos de Dios? ¿Cómo los cuidas?”, refiriéndose al caso del Padre Cutié. Respecto al escándalo en el que Alberto Cutié ha comprometido a la Iglesia por lo que ya fue separado de su cargo y funciones, el Arzobispo de Lima afirmó: “en el terreno personal todo el perdón, pero en el terreno público en que se ha colocado esta situación es imposible. Hay que aclarar que hay pecados y pecadores, pero lo que no se puede hacer es un show mediático, debemos enseñar a nuestros fieles que es lo que Dios quiere”.
El tema es historia conocida, los personajes son los mismos desde que se creo la Iglesia como institución para ejerce poder y control sobre la voluntad y libre accionar de sus adeptos. La ortodoxia mal llevada, por los parámetros que impone el Cristianismo, ocasiona desde hace siglos un incrédulo acercamiento y confesión hacia dios.
viernes, 1 de mayo de 2009
Tus alas caerán
El amor es cómplice de una entrega mutua. De dar más de lo que tienes, poseer lo que no es tuyo y regalar muestras de paciencia cuando lo único que esperas es que te dejen libre. Muchos relatos se han escrito para descifrar el significado de amar y ser libre, historias prestadas de experiencias pasadas y no repetidas. El caso de…
Tres mujeres conocen de casualidad al mismo chico, ellas interpretando una danza febril manifiestan su cercanía de amor, siendo aún diferentes se enamoran con la misma pasión.
Era de tarde cuando sus ojos, los de ella, comenzaron a guiar ambas historias. Desde ese momento supo que su andar era para siempre. María soñaba que el mundo era dueño de su destino. Ambos compartían tardes enteras frente al lago, que cristalino como su amor extendía sus encantos hasta caer el ocaso.
La otra dama que acompañaba al estudiante entre los pasadizos, siempre fue aplicada en los estudios, le enseño latín mientras ambos esquivaban los salones cual mirada esquiva una sonrisa. Sierva intentaba confundir los comentarios cómplices que hablaban de un romance entre las más de cien personas que asistirían a su boda, una tarde en la cual llovían flecos de nostalgia, pues desde esa fecha morirían entrelazados en un destino propio.
Ella era esclava. Internamente jamás esperó preguntar que quería su hombre. Úrsula siempre pensó que todo lo que no concebía con ella era permisivo y desleal. Ella tiraba de sus deseos y lo suprimía de una manera tan nociva que verlo muerto era mejor a que otra persona respire su aire. El, encantado de la mujer que encontró, apaciguaba su bizarra complejidad argumentando que es parte del amor ser posesión de otro. El se entregó en alma aquella tarde cuando la luna esperaba un permiso para ensombrecer el baile que entre destellos y roció detenía esta historia.
El, de gran porte, descubría una gran belleza al ver su desnudo torso en el lumbral de una habitación, con una sola ventana pero suficientemente amplia para ocultar aquellos ojos huérfanos. Dice que nunca imagino detener su rumbo de marino, de conocer océanos y mares con sus bellas ninfas en la orilla. Entre sus noches a solas, mirando el horizonte mientras sentía el sudor de ella tras el tul que cubría su alcoba, él no ocupaba más texto sobre aquel papel remendado que dio como primera carta de amor al intentar agradar a Sierva María Úrsula. Siempre detenía el escrito, aquella frase lo menguaba: “El amor es un dios cruel, que como toda deidad solo busca apoderarse del hombre y no se detiene hasta verlo muerto”, recordó la frase con e l que alguna vez Humberto, su padre, detuvo el viento.
Él se casó aquella tarde con la misma mujer que concordaba con los estados descritos párrafos arriba. Siempre supo que tenia tres mujeres en el dedo que sujetaba un anillo, una para cada ocasión, la de sentirse amado, poseído y limitado de ser libre, resignado a no ser lo que un día soñó, un pájaro que vio sus alas caer al posar sus miedos en una jaula de cristal.
“Santiago, que vamos a comer hoy. Mierda, respondió el a su esposa, emulando el final de “El coronel no tiene quien le escriba” de García Márquez. Cuantas veces nos cruzamos con estereotipos de féminas que sobrecogen su desdicha acechando al hombre para obtener una respuesta.
Tres mujeres conocen de casualidad al mismo chico, ellas interpretando una danza febril manifiestan su cercanía de amor, siendo aún diferentes se enamoran con la misma pasión.
Era de tarde cuando sus ojos, los de ella, comenzaron a guiar ambas historias. Desde ese momento supo que su andar era para siempre. María soñaba que el mundo era dueño de su destino. Ambos compartían tardes enteras frente al lago, que cristalino como su amor extendía sus encantos hasta caer el ocaso.
La otra dama que acompañaba al estudiante entre los pasadizos, siempre fue aplicada en los estudios, le enseño latín mientras ambos esquivaban los salones cual mirada esquiva una sonrisa. Sierva intentaba confundir los comentarios cómplices que hablaban de un romance entre las más de cien personas que asistirían a su boda, una tarde en la cual llovían flecos de nostalgia, pues desde esa fecha morirían entrelazados en un destino propio.
Ella era esclava. Internamente jamás esperó preguntar que quería su hombre. Úrsula siempre pensó que todo lo que no concebía con ella era permisivo y desleal. Ella tiraba de sus deseos y lo suprimía de una manera tan nociva que verlo muerto era mejor a que otra persona respire su aire. El, encantado de la mujer que encontró, apaciguaba su bizarra complejidad argumentando que es parte del amor ser posesión de otro. El se entregó en alma aquella tarde cuando la luna esperaba un permiso para ensombrecer el baile que entre destellos y roció detenía esta historia.
El, de gran porte, descubría una gran belleza al ver su desnudo torso en el lumbral de una habitación, con una sola ventana pero suficientemente amplia para ocultar aquellos ojos huérfanos. Dice que nunca imagino detener su rumbo de marino, de conocer océanos y mares con sus bellas ninfas en la orilla. Entre sus noches a solas, mirando el horizonte mientras sentía el sudor de ella tras el tul que cubría su alcoba, él no ocupaba más texto sobre aquel papel remendado que dio como primera carta de amor al intentar agradar a Sierva María Úrsula. Siempre detenía el escrito, aquella frase lo menguaba: “El amor es un dios cruel, que como toda deidad solo busca apoderarse del hombre y no se detiene hasta verlo muerto”, recordó la frase con e l que alguna vez Humberto, su padre, detuvo el viento.
Él se casó aquella tarde con la misma mujer que concordaba con los estados descritos párrafos arriba. Siempre supo que tenia tres mujeres en el dedo que sujetaba un anillo, una para cada ocasión, la de sentirse amado, poseído y limitado de ser libre, resignado a no ser lo que un día soñó, un pájaro que vio sus alas caer al posar sus miedos en una jaula de cristal.
“Santiago, que vamos a comer hoy. Mierda, respondió el a su esposa, emulando el final de “El coronel no tiene quien le escriba” de García Márquez. Cuantas veces nos cruzamos con estereotipos de féminas que sobrecogen su desdicha acechando al hombre para obtener una respuesta.
Asesinato en primer grado.
“Confieso, lo maté pues su ojo era obsesión de mis maldades. A través de aquel cristal me observaba cual inquisidor, deteniendo mis pasos. Me maté, sólo al quitarle sentido a su imagen, esperé que se durmiera, lo observé mucho antes de esclarecer el hecho que maquiné en mi sentidos; mientras aún recostado pedía en sueños ver la luz entrar por el ventanal que usurpé una noche fría noche. El viejo suplicó que no provocara un sueño eterno. Al darle muerte entendí que el ojo aún me miraba, blasfemé contra su suerte, decidí descuartizarlo, no quería dejar nada que pueda unirlo en coraza mientras yo intentaba sepultarlo entre mis mas nocivos recuerdos”. Macabro testimonio del hombre que cegó la vida del viejo feudo para luego entregarse, pues según palabras textuales del asesino, aquel “ojo” lo seguía cual luna buscando un ocaso.
El lugar era lúgubre, tan oscuro que la luna pedía permiso para ingresar. Los lugareños quedaron sorprendidos aún por el escarnio con el que tomaron la vida de un conocido. “Ay dios, cómo puede la mente ser tan enferma para actuar tan salvajemente” repetía Betty, vecina de la victima.
La repentina intervención de tres efectivos policiales en la casa de Artemio Chunga, debido a la denuncia de algunos vecinos que escucharon golpes- caída la noche- descifró la desaparición de sexagenario desde hace unos días. El infortunado fue hallado cercenado en partes y enterrado en distintos lugares de la casa. Los peritos acompañados de un familiar para que reconozca el cuerpo, desenterraron el cadáver en presencia del asesino que no podía esconder su miedo ante las desafiantes miradas. El cuerpo llevaba días bajo tierra, el olor era palpable a metros, por más cal con la que untaran sus fragmentos. “El asesinato fue hecho entre dos personas, se requisará el domicilio e interrogará al criminal para saber el paradero de su cómplice”, declaró Octavio Puelles, médico legista.
No pudo con sus razonesEl asesinato fue descifrado en muy pocos días. No por la pericia de los efectivos, sino la propia conciencia que delató a Artemio. Mientras era conducido a la dependencia policial, pidió perdón a su madre muerta. Los agentes interrogan los vecinos y testigos del horrendo hecho
El lugar era lúgubre, tan oscuro que la luna pedía permiso para ingresar. Los lugareños quedaron sorprendidos aún por el escarnio con el que tomaron la vida de un conocido. “Ay dios, cómo puede la mente ser tan enferma para actuar tan salvajemente” repetía Betty, vecina de la victima.
La repentina intervención de tres efectivos policiales en la casa de Artemio Chunga, debido a la denuncia de algunos vecinos que escucharon golpes- caída la noche- descifró la desaparición de sexagenario desde hace unos días. El infortunado fue hallado cercenado en partes y enterrado en distintos lugares de la casa. Los peritos acompañados de un familiar para que reconozca el cuerpo, desenterraron el cadáver en presencia del asesino que no podía esconder su miedo ante las desafiantes miradas. El cuerpo llevaba días bajo tierra, el olor era palpable a metros, por más cal con la que untaran sus fragmentos. “El asesinato fue hecho entre dos personas, se requisará el domicilio e interrogará al criminal para saber el paradero de su cómplice”, declaró Octavio Puelles, médico legista.
No pudo con sus razonesEl asesinato fue descifrado en muy pocos días. No por la pericia de los efectivos, sino la propia conciencia que delató a Artemio. Mientras era conducido a la dependencia policial, pidió perdón a su madre muerta. Los agentes interrogan los vecinos y testigos del horrendo hecho
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