domingo, 15 de febrero de 2009

Cuando nace el amor, muero el yo egoista

Fue ayer y si me acuerdo, pues conversé con él y su tez difamaba un estado de quietud, de sosegados momentos de letras, charlé de Coelho, de Bryce y de cada detalle que encontramos en otras historias, sin embargo atrás de esa musita casualidad amainaba un mordaz asesino.
Fue ayer y si me acuerdo, pues fue lunes, esa mañana trabajamos en el patio de Sodimac, el abrasante sol agobiaba nuestros rostros, el daba muestras de serenidad, sonreía y su imagen se desvanecía entre los clientes, sin embargo luego saldría inmortalizado en el ecran negro, el mismo color que retomaba su vida.

Fue ayer y si me acuerdo, llevaba un atuendo blanco, de cabellos engomados, porte atlético y maneras muy singulares, Joffre demostraba seguridad ante cada pisada, modestia ante cada saludo, sin embargo ocultaba un vil ademán suicida, de muerte.
Fue ayer y si me acuerdo, atendía en dos lineales, los mismos que se asemejan a dos pasajes llenos de chucherías, entre promotores, asociados y clientes, él ofertaba sus productos, sus inmensos tanques de color luto, sus termas para el frío en pleno verano; deambulaba por entre los pasadizos iluminados, sin embargo fue de noche cuando disipó ser mortal para convertir su imagen en premurosa captura.

Fue ayer y si me acuerdo, pues le di mi correo, intercambiamos datos con la promesa de charlar más seguido sobre lo importante que es leer a Vallejo y sus heraldos, a Poe y su Cuervo y de saber si Sai Babba impedía de alguna manera la aberración que cometió, sin embargo es mi amigo, esos que te caen perfecto, con los que puedes lidiar parte de tu locura, tus demonios, tú mismo.
Fue ayer y si me acuerdo, pues como cada día de semana Joffre llegaba pasadas las 10: am, con un trapo untado por el líquido más viscoso, vertido de un envase diáfano, envolvía sus falanges al compas de la música estridente propia de cada tienda en la que me toco asistir, el trabajaba hasta caer la noche, yo no estaba para verlo partir, sin embargo sabía que tenía un hijo al que le dedicaba gran parte de su tiempo, que su señora residía en Comas, pero que no había iniciado una relación próxima al hecho.

Fue ayer y si me acuerdo, pues al llegar a casa, creí observarlo en el noticiario, el relator acompaño con imágenes el acontecimiento, hubo un asesinato tan frio a vista y paciencia de todos en Breña, un actor conocido empezaba a asomar entre mis sentidos, jamás asocie esa imagen con el amigo tan letrado que conocía, sin embargo esa careta de pasividad la volví a presenciar ese lunes, días antes que el fugara.

Fue ayer y si me acuerdo, salimos a almorzar una tarde de constante sol, el pidió tamalito criollo y un seco de pollo, charlamos de los promotores y del jefe inepto que nos toco como responsable de área, le comenté de un profesor que ahora era su jefe en la empresa instalada en la Panamericana Norte, ¨es buen pata, bien bacán y sincero¨ me dijo-no creía que era maestro, menos creía que yo llevaba un blog medianamente decente, me dio un escrito a mano, donde desnudaba su latente misterio.

Sin embargo el escrito describía la vida de un promotor, sus constantes discusiones con personal de seguridad, la poca importancia que le tomaban los asociados de otros departamentos, lo inseguro de laborar para otros, los 32 años sobre el hombro 4 de los cuales era vendedor, sin embargo jamás me hablo de ella, de la profesora que dictaba el curso de su vida, nunca la nombró menos la pensó, fue ayer y si me acuerdo pues me develo la foto de su hijo, este tendría unos 7 años, risueño al lado de su madre, ¨no vivo con ella pues la relación se acabo antes de que el naciera¨ relataba.
Sin embargo los días pasaban y él seguía asistiendo a trabajar, nunca se le comento algo entrometido, lo veía llegar con su maletín rojo y unos obsequios entre los dedos, se peinaba tantas veces, olía a¨ Varón Dandy¨, caminaba de forma presurosa, intentaba agredir al viento pues este desordenaba sus lisos cabellos, siempre vestía formal, usualmente usaba camisa blanca, impoluta, tan tersa como su mirada ante la pregunta que después le hicieran el último día que se le vio trabajar, no dudo en negarlo, en varias ocasiones aseguro que no sabía nada del asunto, lo recuerdo pues fue un martes cuando el aún no sentía las miradas sobre su ser.

Fue ayer y si me acuerdo, pues de alguna manera me conmociono saber que el móvil era impedir que el niño naciera, como si la vida se resumiera en egoísmo, el infante tenía unos ocho meses, imposible pensar que algo así podría ocurrir, a él le basto solo instantes lúdicos para poner fin a dos vidas, para comenzar su infierno ese el que ya llevaba en sí, del que jamás podrá escapar, sin embargo está prófugo, podrá escapar de todos menos de su conciencia, esa de la que un día lo observaba sosegar al lado de un libro de poemas.

Fue ayer y si me acuerdo, pues ver los reportajes donde sale negando lo sucedido, me hacían creer que él era inocente, que Joffre estaba en el lugar equivocado en el momento erróneo, que todo coincidía para hacerlo cómplice o testigo, sin embargo una prueba de absorción atómica desnudaría su culpa, perdido por los indicios y pruebas fue declarado requisitoriado.
Fue ayer y si me acuerdo, pues él aún está prófugo, ocultando su rostro de los que señalan como asesino de ilusiones, siguen sus pasos-el escapa, difaman su nombre, el los retiene, no se entrega. Son días sin saber de él, instantes donde la indiferencia lo convierten en no existente, sin embargo ante mí su imagen detiene habladurías, pues en mi no solo sé oculta el frío personaje sino un amigo que considere necesario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Asuuu madre q tal relatooo x dios no vargas llosa lo hubiera dscrito d la manera q tu lo has exoo m imprecionas muxaxoooo

Yo...