domingo, 24 de febrero de 2008

Pesares

Sombrío camino que le toco vivir a su alma, tan lejos de una dicha funesta arrebato sonrisas inertes nunca sentidas en un paseo de otoño. Tan frágil mostro su alma que la mescolanza de dolores suspiró ante su piel atrofiada de temores, caminó y de entre sus cauces de llanto asomosé un candil refugio de vida. Esperaba que la vida supiera a edades, espero que la inusual memoria de salud reforzada en su letargo un universo involuntario en virtudes. Sonreía para demostrar que vivía, que sentía y jugaba a ser feliz ante un mundanal de recuerdos enojosos. Sentiría que no vivo y que mi muerte llega cada día sonriente, que este momento que l e llamo vida esta tan cerca de un fin tan libre y distante. Que la potestad de retener el aliento es motivo de enojo, mi alma se quiere ir tan lejos donde el sol no lastime sus ojos y su piel curtida encuentre descanso sincero. Nunca presentí enamorarme de la manera más inocente, el viento rozo mis ojos aun dolidos por la soledad afectiva, ellos embargaron emociones buscando simplicidad en circunstancias menos exploradas de un alma que vive de su nostalgia. Si soy nostálgico encomiendo esta soledad a quien lo quiera entender, simple es vivir sin sentir o sufrir, intento hacer lo mío, un camino largo y sosegado de grandes momentos, estas tan lejos que tu alma deambula de noche buscando la mía, al despertar mi sombra abandona mi cuerpo y sufre por lo que tendrá que soportar mientras yo descanso y sueño que soy feliz y complacido con algo que tal vez solo sea un afecto prestado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bella historia

Yo...