
Días de invierno
Cielo de mierda, nefasto invierno a doce grados la ciudad de lima se viste de un triste atuendo me sumerge en un letargo… del que Yo quiero ser parte… y poder adherirme en su nostalgia, en su apatía en la necesidad de ser esencia.
Son las seis y media de la mañana y mi alama vuelve al cuerpo a sentir que estoy vivo, mis huesos entumecidos bajo el manto azul que proteja como Pandora y aguarda al encuentro de dos realidades que con el caer de la noche se divorcian para luego unirse tumefactos con el nacer de mis ojos que al ver la luz descubren que aun pueden ver.
Me visto de seguridad, empleo un despido mordaz al ser que me sale al encuentro, este se estira y aun dormido espera el paseo vespertino algo gélido nada sombrío y sin pensarlo cierro el portal y dejo sin esperanzas al perro que yo lo sé, vuelve a entregarse al sueño a creer que es libre, libre voy a ganarle al tiempo disfrazo temblores corro y sigo línea recta dando esquivos indefensos, trastabillo al roce de un perro sucio, viejo, quejumbroso que se dobla de frio otoñal, estas despierto, me digo, el cielo viste de gris de un olor ajonjolí y el sol que se amaina ante la nostalgia de ver a la luna irse no se aparece y da paso a este cielo que toma la posta en ingenia un dolor al hueso, llego al puesto de emoliente dando zumbos tanta gente que como yo busca lo que no encontró hoy también en casa un bocado caliente que naufrague en su inconsciente.
Estiro mis falanges, emulo una orden de pare y el autobús se aproxima con todos sus años encima.
Es viejo, destartalado, que no es capa de ser un buen carro produce un sonido hueco, observo una mano salir de este como parte propia asciendo a el busco asiento gentes a la izquierda chicas a la derecha y el personaje d la mano avancen al fondo como rompiendo los principios de la leyes físicas avanza atrás y su baja en la esquina que viene, mi temor me sitúa a un lado de la ventana algo opaca que trasluce un poco de este misterio que cubre la ciudad capital.
Se acerca a mi una silueta ajena, delgada, joven informal me solicita el dinero que recoge con enojo, oh soy universitario que gracioso el se va tiritando con la promesa de entregarme mi vuelto de veinte céntimos que por derecho no exijo, este sigue produciendo sonidos “todo magdalena” ”pasaje con sencillo” a la espera que la urbe responda, el carro convulsiona se detiene por una luz algo roja que emoción problemas habrá distracción y el móvil se detuvo como el tiempo y yo sigo en línea la siluetas por la calle como si fuera encontrar una mirada amiga entre las muchas adustas que me reponga de este fúnebre día.
El perfume complicado que se mezcla entre tanta gente, entre tanta angustia, entre tanta necesidad con el tiempo, entre tanto personaje peculiar, voy sentado y al lado mío va un personaje solido, desconocido me gana el sueño no a el le gano primero pues siento su total pesadez complicar al asiento y ponerlo en vilo por el chasquido que produce ante el inminente vaivén del viejo bus.
Hace frio hay modorra y ante mi aparece la facultad doy apremio a mis pies de un brinco llego a la puerta del carro busco seguro mis manos se sitúan en unas barras frías combinadas con colores no me empujen hay dolores pues tras de mi ansiosos por llegar a la hora una combinación de géneros espera que yo descienda primero, pongo el derecho el izquierdo no me obedece esgrimo un andar y los míos van a dar a esta horrible facultad.
Observo el balcón no hay apuro en llegar a clase pues el tipo que imparte conocimientos no se apersono que bien que me invada la modorra y como en un cuento épico todo tiene un desenlace
Voy en busca de armamento sobre el pupitre dispongo mi mochila roja reposo mi tez y me invade el sueño …de ese del que yo quiero ser parte ..
Cielo de mierda, nefasto invierno a doce grados la ciudad de lima se viste de un triste atuendo me sumerge en un letargo… del que Yo quiero ser parte… y poder adherirme en su nostalgia, en su apatía en la necesidad de ser esencia.
Son las seis y media de la mañana y mi alama vuelve al cuerpo a sentir que estoy vivo, mis huesos entumecidos bajo el manto azul que proteja como Pandora y aguarda al encuentro de dos realidades que con el caer de la noche se divorcian para luego unirse tumefactos con el nacer de mis ojos que al ver la luz descubren que aun pueden ver.
Me visto de seguridad, empleo un despido mordaz al ser que me sale al encuentro, este se estira y aun dormido espera el paseo vespertino algo gélido nada sombrío y sin pensarlo cierro el portal y dejo sin esperanzas al perro que yo lo sé, vuelve a entregarse al sueño a creer que es libre, libre voy a ganarle al tiempo disfrazo temblores corro y sigo línea recta dando esquivos indefensos, trastabillo al roce de un perro sucio, viejo, quejumbroso que se dobla de frio otoñal, estas despierto, me digo, el cielo viste de gris de un olor ajonjolí y el sol que se amaina ante la nostalgia de ver a la luna irse no se aparece y da paso a este cielo que toma la posta en ingenia un dolor al hueso, llego al puesto de emoliente dando zumbos tanta gente que como yo busca lo que no encontró hoy también en casa un bocado caliente que naufrague en su inconsciente.
Estiro mis falanges, emulo una orden de pare y el autobús se aproxima con todos sus años encima.
Es viejo, destartalado, que no es capa de ser un buen carro produce un sonido hueco, observo una mano salir de este como parte propia asciendo a el busco asiento gentes a la izquierda chicas a la derecha y el personaje d la mano avancen al fondo como rompiendo los principios de la leyes físicas avanza atrás y su baja en la esquina que viene, mi temor me sitúa a un lado de la ventana algo opaca que trasluce un poco de este misterio que cubre la ciudad capital.
Se acerca a mi una silueta ajena, delgada, joven informal me solicita el dinero que recoge con enojo, oh soy universitario que gracioso el se va tiritando con la promesa de entregarme mi vuelto de veinte céntimos que por derecho no exijo, este sigue produciendo sonidos “todo magdalena” ”pasaje con sencillo” a la espera que la urbe responda, el carro convulsiona se detiene por una luz algo roja que emoción problemas habrá distracción y el móvil se detuvo como el tiempo y yo sigo en línea la siluetas por la calle como si fuera encontrar una mirada amiga entre las muchas adustas que me reponga de este fúnebre día.
El perfume complicado que se mezcla entre tanta gente, entre tanta angustia, entre tanta necesidad con el tiempo, entre tanto personaje peculiar, voy sentado y al lado mío va un personaje solido, desconocido me gana el sueño no a el le gano primero pues siento su total pesadez complicar al asiento y ponerlo en vilo por el chasquido que produce ante el inminente vaivén del viejo bus.
Hace frio hay modorra y ante mi aparece la facultad doy apremio a mis pies de un brinco llego a la puerta del carro busco seguro mis manos se sitúan en unas barras frías combinadas con colores no me empujen hay dolores pues tras de mi ansiosos por llegar a la hora una combinación de géneros espera que yo descienda primero, pongo el derecho el izquierdo no me obedece esgrimo un andar y los míos van a dar a esta horrible facultad.
Observo el balcón no hay apuro en llegar a clase pues el tipo que imparte conocimientos no se apersono que bien que me invada la modorra y como en un cuento épico todo tiene un desenlace
Voy en busca de armamento sobre el pupitre dispongo mi mochila roja reposo mi tez y me invade el sueño …de ese del que yo quiero ser parte ..
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