“En el caso de este continente, mi recorrido me enseñó que las diferencias sociales se dan debido a la falta de compromisos y objetivos claros por parte de los gobiernos, en beneficio de sus pobladores”, señala Sergio Kupferschmied, antropólogo suizo que recorre el mundo montado en una bicicleta y que esta semana acabó su periplo, en el Perú. A poco de llegar a Lima desde Puno (donde pasó unos días conviviendo con los uros), Sergio nos cuenta que estas diferencias sociales radicales tienen bases históricas.
Y basta analizar nuestra herencia tras la conquista, donde los que tienen más buscan mantener ese desequilibrio ventajoso para su grupo.El antropólogo de 32 años partió el 12 de abril de Zúrich. Lleva meses viajando y uniendo culturas. A lo largo de su trayecto necesitó identificar los problemas de cada país y región para así empezar un estudio antropológico sobre las desigualdades, la extrema pobreza en esta parte del continente, la inseguridad de vivir en lugares olvidados y otros aspectos que no ofrecen garantía al visitante.
Lógico, menos a los habitantes. Su experiencia le indica que esa mentalidad de “dominante y dominado” originan la pobreza, injusticia e indiferencia en los autoridades, que no entienden que el crecimiento de un país se basa en la educación, la salud y el respeto de los derechos. Mientras nos muestra su plano de ruta, acota que “llevo recorriendo tres continentes y diferentes países en bicicleta. Escogí el Perú como destino final y me quedé maravillado con tantas culturas que conviven en un solo espacio. Es fantástico”.
Son más de 20 naciones las que visitó a punta de pedaleo. Entre ellas, Japón, México, India y parte de Sudamérica. Llegó al Perú el 20 de mayo luego de abandonar Bolivia. Una de sus experiencias más reconfortantes la vivió en Puno, cerca al lago Titicaca, junto a los Uros. “Allí aprendí a no depender de energía artificial, además de olvidarme de las complicadas manías occidentales”, señala.
El estudioso del museo de Landes, en Suiza, recuerda que lo asaltaron en Ilo (la única experiencia negativa en Perú, aunque aleccionadora sobre nuestra realidad muy similar al resto de Latinoamérica). Por fortuna no se llevaron sus documentos ni su bicicleta desarmable, así que esa ingrata experiencia no cambia su parecer sobre el país. “El cebiche es algo espectacular”, agrega abriendo los ojos. Todo lo registró en su cámara digital.
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