Evitó ser juzgado y sentenciado por las atrocidades cometidas en su mal llamado centro de rehabilitación “Creo en Ti” del cual solo quedan denuncias. El trágico final de una historia plagada de patologías heredadas y difamadas en base a la fe en Cristo.
Desenlace fatal
La escalofriante escena que esperaba a los peritos de criminalística en el interior del departamento 304- del condominio “Los Dominicos”, era copia de una historia de terror.
La escalofriante escena que esperaba a los peritos de criminalística en el interior del departamento 304- del condominio “Los Dominicos”, era copia de una historia de terror.
Rafael Castañeda Saco Vértiz (39), fue encontrado sin vida junto al cuerpo de su anciana madre, Luz Elena Saco Vértiz (73), en el baño del departamento ubicado en la calle Fray Angélico, en San Borja.
Ambos cadáveres estaban tendidos sobre el piso de cerámico y ambas cabezas reposaban sobre la base del bidet con presuntos síntomas de envenenamiento.
Fue la hermana, Cecilia Saco-Vértiz, quien luego de tratar de ubicar a su madre decidió visitarla la mañana del 22 de setiembre, sin imaginar que los encontraría a los inertes y repitiendo la imagen de hace algunos años sucedió, el suicidio.
Según las primeras pericias forenses, el desquiciado sujeto inhaló y se inyectó grandes cantidades de cocaína, lo que finalmente lo llevó a la muerte, reveló el protocolo inicial de la necropsia.
“La sobredosis de droga lo habría llevado a la muerte, más que la ingesta de órgano fosforado (raticida). Quien sí murió por envenenamiento con esta sustancia fue su madre, Luz Elena Saco-Vértiz León Prado (73). “No hay indicios de que a ella le haya inyectado droga, pero el varón sí presenta pinchazos en ambos brazos”, señaló la fuente policial. Los cuerpos fueron trasladados a la morgue central de Lima por encargo de la jueza Lizet Sáenz, fiscal adjunto de Lima.
Como se recuerda, Castañeda Saco Vértiz era buscado por la Policía tras divulgarse que en el centro de rehabilitación que dirigía en Chosica, ‘Creo en Ti’, sometía a una serie de torturas y violaciones a los internos que acudían supuestamente a readaptarse.
Historias repetidas
La tragedia siempre rondó a la familia Castañeda Saco-Vértiz, pues hace veinte años, el padre del mencionado “Monstruo de Chosica”, decidió acabar con sus días al dispararse un tiro a la altura de la boca, tiempo después la hermana mayor terminaría con su vida envenenándose y dejando así una secuela de atormentados episodios que acabaron el último martes entre denuncias y crónicas policiales.
La historia es repetida, el descenlace mutable solo en el tiempo y lugar...
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