Cuanto sabemos o cuanto nos sentimos poderosos debido a nuestras creencias o por leyes creadas, para determinar un ¨libre¨ proceder, impresas sobre papel por el hombre y para el hombre. Consideraciones que ponen en manifiesto nuestra intolerancia, nuestros prejuicios, nuestros rencores morales, que impiden el desarrollo, aletargando nuestro sentido de existencia, desuniéndonos aún más, permitiendo el distanciamiento mutuo y real.
Que poder puede ejercer el Estado sobre nuestras creencias, sobre la manera de manifestar fe, es tolerable el convivir de manera compartida con religiones distantes de unidad, de tolerancia sobre supuestos tratados de verdad, de razones individuales para transformarlas en grupos que creen y sienten que su razón y proceder interpretan la ley divina y el paraíso como destino final.
La iglesia Católica encumbré por necedad sus cimientos desgastados por el paso del tiempo y el abismo que existe entre creer y simplificar a sus adeptos la opción de elegir o desestimar sobre su propia fe, tan necesario es el poder grupal sobre un Estado, el coincidir con sus habitantes en fe y credo, son interrogantes puestas sobre la mesa para entender la lucha de estados o posibilidades de desarrollo de cada entidad dedicada al concierto de utilizar a sus creyentes o simpatizantes para un beneficio común, suplantando su verdadera misión.
Por extensión, surge el concepto de "Estado laico", concepto opuesto, por el laicismo, al de "Estado confesional", que se vincula a la estricta separación entre las instituciones del Estado y las iglesias u organizaciones religiosas. Los laicistas consideran que están garantizando la libertad de conciencia además de la no imposición de las normas y valores morales particulares de ninguna religión o de la irreligión.
Descansa en tres principios: en el (edición y cita textual) “respeto a la libertad de conciencia y de su práctica individual y colectiva”; en la libertad del orden político para (edición y cita textual) “elaborar normas colectivas sin que religión o convicción particular domine el poder y las instituciones públicas”; y en (parafraseo personal) la no discriminación directa o indirecta hacia los seres humanos.
Estado religioso.
Historia
Laico o laica es un adjetivo, y también se usa como sustantivo, que, proveniente del latín laĭcus, se aplica a aquella persona, en una de sus acepciones, "que no tiene órdenes clericales" y, en la otra, que es "independiente de cualquier organización o confesión religiosa".
En el estado confesional hay una religión oficial que se enseñará en la escuela y que marcará de alguna manera la forma de vida. Un estado confesional no tiene porque prohibir la convivencia con otras religiones, eso dependerá de su tolerancia.
Pesar que desde la Constitución liberal de 1933, nuestro país reconoce expresamente la libertad de cultos y la no discriminación por cuestiones religiosas, las relaciones de cooperación entre la Iglesia y el Estado peruano se mantienen vigentes en la actualidad, al amparo del reconocimiento constitucional a la trascendencia de la Iglesia Católica en la formación histórica, cultural y moral del Perú.
El resultado no es otro que el respeto al orden tutelar, a la tradición, al pasado, a la Iglesia, al ejército; y a la vez, a los valores modernos como la dignidad, la libertad, la igualdad y la tolerancia
Por tanto por laicidad ha de entenderse ante todo como condición y garantía del efectivo ejercicio de la libertad religiosa por parte de todos los ciudadanos en pie de igualdad. Respetar la pluralidad de opciones ante lo religioso. Pero el Estado ha de ser neutral no ante la libertad religiosa misma sino respecto de las diversas opciones particulares que ante lo religioso, y en uso de esa libertad, pueden los ciudadanos adoptar.
Que poder puede ejercer el Estado sobre nuestras creencias, sobre la manera de manifestar fe, es tolerable el convivir de manera compartida con religiones distantes de unidad, de tolerancia sobre supuestos tratados de verdad, de razones individuales para transformarlas en grupos que creen y sienten que su razón y proceder interpretan la ley divina y el paraíso como destino final.
La iglesia Católica encumbré por necedad sus cimientos desgastados por el paso del tiempo y el abismo que existe entre creer y simplificar a sus adeptos la opción de elegir o desestimar sobre su propia fe, tan necesario es el poder grupal sobre un Estado, el coincidir con sus habitantes en fe y credo, son interrogantes puestas sobre la mesa para entender la lucha de estados o posibilidades de desarrollo de cada entidad dedicada al concierto de utilizar a sus creyentes o simpatizantes para un beneficio común, suplantando su verdadera misión.
Por extensión, surge el concepto de "Estado laico", concepto opuesto, por el laicismo, al de "Estado confesional", que se vincula a la estricta separación entre las instituciones del Estado y las iglesias u organizaciones religiosas. Los laicistas consideran que están garantizando la libertad de conciencia además de la no imposición de las normas y valores morales particulares de ninguna religión o de la irreligión.
Descansa en tres principios: en el (edición y cita textual) “respeto a la libertad de conciencia y de su práctica individual y colectiva”; en la libertad del orden político para (edición y cita textual) “elaborar normas colectivas sin que religión o convicción particular domine el poder y las instituciones públicas”; y en (parafraseo personal) la no discriminación directa o indirecta hacia los seres humanos.
Estado religioso.
Historia
Laico o laica es un adjetivo, y también se usa como sustantivo, que, proveniente del latín laĭcus, se aplica a aquella persona, en una de sus acepciones, "que no tiene órdenes clericales" y, en la otra, que es "independiente de cualquier organización o confesión religiosa".
En el estado confesional hay una religión oficial que se enseñará en la escuela y que marcará de alguna manera la forma de vida. Un estado confesional no tiene porque prohibir la convivencia con otras religiones, eso dependerá de su tolerancia.
Pesar que desde la Constitución liberal de 1933, nuestro país reconoce expresamente la libertad de cultos y la no discriminación por cuestiones religiosas, las relaciones de cooperación entre la Iglesia y el Estado peruano se mantienen vigentes en la actualidad, al amparo del reconocimiento constitucional a la trascendencia de la Iglesia Católica en la formación histórica, cultural y moral del Perú.
El resultado no es otro que el respeto al orden tutelar, a la tradición, al pasado, a la Iglesia, al ejército; y a la vez, a los valores modernos como la dignidad, la libertad, la igualdad y la tolerancia
Por tanto por laicidad ha de entenderse ante todo como condición y garantía del efectivo ejercicio de la libertad religiosa por parte de todos los ciudadanos en pie de igualdad. Respetar la pluralidad de opciones ante lo religioso. Pero el Estado ha de ser neutral no ante la libertad religiosa misma sino respecto de las diversas opciones particulares que ante lo religioso, y en uso de esa libertad, pueden los ciudadanos adoptar.
Un laico es una persona que cree que la organización de una sociedad o el gobierno no debe estar relacionada con la religión o la iglesia. Pero puede profesar cualquier religión.
Un laico es una persona que cree que la organización de una sociedad o el gobierno no debe estar relacionada con la religión o la iglesia. Pero puede profesar cualquier religión.
Por ejemplo el estado Mexicano es un estado laico, pero casi todos los mexicanos y sus gobernantes son católicos.
Entrevista a Miguel Portillo - Teólogo.
El estado no debería colaborar con la discriminación e intolerancia religiosa.
Nuestro país no es confesional, pero si laico en la medida en que no existe una defensa estricta ni explicita a una determinada religión o confesión religiosa.
¿Cuál cree es el principal inconveniente?
El problema es que en las leyes existe una relación directa y necesitada por ambos intereses.
Lo cual es justificable para el respeto de los derechos en las creencias individuales o grupales, esto no se da de manera sostenible.
¿Existe doble discurso?
El estado en el sentido de gobierno de leyes, cuando el estado manifiesta su inclinación hacia un determinado poder religioso no considera a todos sino a la mayoría, es ahí donde se muestra la intolerancia hacia otros credos.
En otras religiones que no sea la católica, en el Islam la religión y la razón no se oponen, pues en el Corán hay una ley que prevalece ¨si quieres conocer a dios busca en la creación, investiga, contempla las estrellas, la tierra y los mares en cada uno de sus movimientos, es una norma divina, o el refrán, busca el conocimiento aunque sea en China¨
¿Es un problema de fe?
En la religión no deberían existir dogmas, sino sentimientos religiosos.
El monoteísmo está arraigado e impuesto en las religiones.
El poder político no se sujeta a la iglesia, se supone que es así, pero son los gobernantes con túnica los que ejercen el poder.
¿Somos una sociedad intolerante?
La intolerancia es producto uno de la gente que la cultiva y lo otro que es el pueblo, la gente piensa que como otros creen diferente a ti son enemigos, se vuelve ignorancia y ese es un problema de siglos, donde se encuentran quien es más poderoso el estado o la iglesia.
El proceso basado en cambios iniciará el cambio para tolerar.
¿Qué hacer con el gobierno y la religión?
Confesional es que el estado defienda una determinada religión, más no necesariamente respetando la ideas de cada uno y con las distintas religiones.